Cuidado, ¡la historia puede repetirse!

Sergio Rodríguez/ diarioUchile

 

La historia suele ser muy curiosa cuando se refiere a fechas y lugares. Los acontecimientos actuales en América Latina han traído a la memoria algunos hechos que no dejan de causarme cierta impresión. Camilo Sée un político francés de finales del siglo XIX y comienzos del XX apuntó que “… la historia se repite, [pero] lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan”. Así mismo, el poeta y novelista inglés Aldous Huxley aseguraba que “Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia”.

Todo esto, vino a mi mente al recordar que en 1960, el conservador Janio Quadros fue elegido presidente de Brasil, sin embargo su pensamiento político fue evolucionando hacia un nacionalismo que confrontaba los poderes imperiales, particularmente el de Estados Unidos. Junto a su vicepresidente Joao Goulart se propuso transformar a Brasil en un país independiente desde el punto de vista económico e insertarlo en las luchas de los países del Tercer Mundo, enviando incluso una delegación en calidad de observadora a la I Cumbre del Movimiento de Países No Alineados celebrada en Belgrado en 1961, estableció relaciones con Cuba y la Unión Soviética, incrementando además, el comercio con los países socialistas. Condecoró al comandante Ernesto Che Guevara con la Orden Cruzeiro do Sul, la más alta distinción brasileña. Todo esto, fue más de lo que la oligarquía, las empresas transnacionales, el gobierno de Estados Unidos y las Fuerzas Armadas brasileños podían aceptar. A pesar de que Quadros era un político moderado, militante de la Unión Democrática Nacional, una organización política de derecha y que su actuación se desarrolló en el marco de la Constitución y las leyes, los militares forzaron su renuncia después de solo siete meses de gobierno.

Las fuerzas reaccionarias maniobraron para evitar que el vicepresidente Goulart asumiera la primera magistratura, pero finalmente, con el apoyo de los sindicatos y otras organizaciones democráticas, ¬¬¬¬¬el 2 de septiembre se pudo hacer cargo del poder, a pesar de la oposición de las Fuerzas Armadas y la oligarquía que de inmediato comenzaron a conspirar para su derrocamiento, obligándole a gobernar con grandes limitaciones para sus posibilidades de tomar decisiones. Sin embargo, en 1963, un referéndum popular le devolvió todos los poderes constitucionales para ejercer el gobierno en plenitud. Las empresas transnacionales y las poderosas oligarquías industrial y agraria comenzaron a acusar a Goulart de establecer alianzas con el “comunismo internacional” y en particular con Cuba, creando las condiciones para un golpe de Estado, el cual se inició el 31 de marzo y se concretó el 2 de abril cuando la mayoría del Congreso votó para destituir a Goulart y poner en su lugar al presidente de la Cámara de Diputados Ranieri Mazzilli, quien duró en su cargo sólo 13 días siendo sustituido por el General Humberto Castello Branco, inaugurando una dictadura que duraría 21 años.

Sólo un mes y medio después, el 27 de mayo, en Colombia, otro país sudamericano, un grupo de campesinos que no superaban la cifra de 20, la mayoría de los cuales estuvo vinculado en sus orígenes al Partido Liberal, que se habían refugiado en un pequeño territorio denominado Marquetalia del Departamento del Tolima para resistir la violencia conservadora de la segunda mitad de los años 40, así como el terrorismo bipartidista y el despojo gubernamental de los años 50, tuvieron su primer enfrentamiento armado, para repeler los ataques de 16 mil soldados enviados por el presidente Guillermo León Valencia en el marco del Plan Laso, elaborado por el Pentágono estadounidense. Ese día nacieron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que tuvieron su acta de bautismo entre el 25 de abril y el 5 de mayo de 1966 cuando se realizo la Segunda Conferencia Guerrillera del Bloque Sur.

El ataque a Marquetalia, seguido de otras acciones ofensivas del ejército contra enclaves en los que los campesinos se habían refugiado para buscar protección ante la violencia del Estado, condujeron al establecimiento de la guerra de guerrillas y la lucha armada en Colombia por más de medio siglo, a la que después se incorporaron otras organizaciones político militares, la más importante de las cuales es el Ejercito de Liberación Nacional (ELN). Las reclamaciones originales de los campesinos de “tierra para el que la trabaja”, habían dado paso a demandas políticas de otro nivel, sobre todo después del asesinato del gran líder liberal Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948, con lo cual se consideraron cerradas las garantías para un desarrollo de la vida política en los términos de la democracia representativa.

Hoy, en La Habana, Cuba, paradójicamente el país en que se inició la lucha armada en América Latina como forma para acceder al poder político, pareciera estarse cerrando esta etapa, a través de las negociaciones que están sosteniendo las FARC y el gobierno de Colombia y las que se acaban de iniciar entre el ente gubernamental y el ELN, en la búsqueda de la paz, la democracia y la justicia social, utilizando el diálogo con el fin de eliminar las causas que originaron el conflicto.

Después de observar el circo en la Cámara de Diputados de Brasil, en la que el 53% de sus integrantes están siendo investigados por corrupción, lavado de activos y sobornos, uno no puede menos que preguntarse cuánto valor tiene este tipo de democracia en la que el voto del pueblo puede ser revertido por una manada de mafiosos dirigidos por Eduardo Cunha, quien fue caracterizado como un “gánster imputado por muchos crímenes y que está siendo acusado por el Tribunal Supremo”, por una voz tan autorizada como la de Leonardo Boff. Pareciera que la oligarquía brasileña pretende volver a 1964, las impúdicas muestras de idolatría de algunos diputados, respecto de la dictadura y la represión vivida, son expresión de ello. ¿Es que acaso quieren nuevamente cerrar los caminos de la democracia y revivir los años de lucha armada que parecieran estar concluyendo en América Latina?

Más de uno podrá pensar que estos sucesos en Brasil, así como los exabruptos dictatoriales del presidente argentino, son expresión de la intención de asistir a un nuevo sepelio de la democracia, tal como en la década de los 70 del siglo pasado, a fin de instaurar dictaduras de nuevo tipo, en el que esta vez no se necesitarán a los militares para hacer el trabajo sucio. Hoy bastan los medios de comunicación, ellos constituyen en la actualidad, el componente de la oligarquía que usando otro tipo de armas, tan letales como aquellas, son los encargados de crear las condiciones para el exterminio, la desaparición, la muerte, la tortura y los despidos de trabajadores. Tal vez hoy en Brasil no sea necesario un nuevo Castello Branco, bastará un Mazzilli, pero tampoco serán necesarios 21 años para recobrar la democracia. Tal vez, tampoco sea necesaria la lucha armada, el pueblo se prepara para grandes jornadas de combate en las calles, en contra de la dictadura que pretende instalarse.

Así lo han hecho saber las organizaciones sociales, el Frente Brasil Popular y el Frente Pueblo Sin Miedo emitieron un comunicado en el que afirman que no reconocerán la legitimidad de un pretendido gobierno de Temer, el vicepresidente en funciones. Aseguran que no solo, no lo reconocerán, sino que van a “luchar contra el gobierno ilegítimo, combatiendo cada una de las medidas que se adopten contra nuestros empleos, salarios, programas sociales y derechos de los trabajadores, duramente conquistados y en defensa de la democracia y de la soberanía nacional”.

Por su parte, Joao Paulo Rodrigues, de la Dirección Nacional del Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST), expuso que van a movilizar “al país entero como no se hacía hace 20 años. No hay porque desanimarse” dijo y agregó que “Tenemos que prepararnos para las batallas políticas, creo que serán batallas maravillosas. Nuestra generación va a vivir un período rico que hasta entonces no conocíamos en el país”.

Como la historia es curiosa, vale recordar que el 17 de abril, día en que se votó el impedimento contra la presidenta Dilma Rousseff, se recordaba el vigésimo aniversario de la masacre de Eldorado de los Carajás, durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, cuyo Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) votó a favor de la destitución de la presidenta Rousseff. En esta acción fueron asesinados 19 campesinos del MST. Los responsables directos fueron destituidos, pero no juzgados. Ojo. Cualquier similitud con el origen de las FARC fue pura coincidencia.

Editorial da ‘Folha’ lembra ameaças da mídia a João Goulart

Editorial intitulado “Última chance”, da Folha de S. Paulo, e a necessidade de resistência ao golpe
Grupo que apoiou e defendeu a ditadura volta a ameaçar governo eleito pelas vias democráticas
Grupo que apoiou e defendeu a ditadura volta a ameaçar governo eleito pelas vias democráticas

por Kátia Gerab Baggio


Grupo que apoiou e defendeu a ditadura volta a ameaçar governo eleito pelas vias democráticas
VioMundo – O editorial intitulado “Última chance”, publicado na capa da Folha de S. Paulo, com inusual destaque, ontem (13), é um “dileto produto” da mesma família Frias que já denominou, em outro editorial, a ditadura militar inaugurada em 1964 como “ditabranda”.

São os Frias golpistas, como já vimos em outros momentos da história do Brasil. O editorial defende a necessidade de revisar “desembolsos para parte dos programas sociais”, além da “desobrigação parcial e temporária de gastos compulsórios em saúde e educação, que se acompanharia de criteriosa revisão desses dispêndios no futuro”.

Menciona a necessidade de “alguma elevação da já obscena carga tributária”, mas não faz referência, em nenhum trecho do texto, à urgente necessidade de combate mais efetivo à gigantesca sonegação de impostos. Esta, sim, efetivamente obscena.

O editorial termina com as seguintes palavras: “não lhe restará (à presidente Dilma Rousseff), caso se dobre sob o peso da crise, senão abandonar suas responsabilidades presidenciais e, eventualmente, o cargo que ocupa.”

O momento é grave.

O tom do editorial não é muito diferente das ameaças feitas a João Goulart, em março de 1964, pela mídia liberal-conservadora da época (incluindo o jornal dos Frias).

Mas as forças da resistência – organizadas na Frente Brasil Popular, movimentos sociais e sindicais, PT, PCdoB e políticos de alguns outros partidos que são contrários ao golpismo – não irão aceitar o golpe sem reação.

E aos que se alinham à esquerda, mas estão, por razões indiscutíveis, profundamente insatisfeitos com o governo Dilma, no segundo mandato, digo o seguinte:

Caso Dilma não resista às pressões brutais que vem sofrendo desde que foi reeleita –pelos mercados, pelo grande capital, pela “grande” mídia e pelas oposições – e eventualmente venhamos a ter um governo do PMDB em aliança com as partidos de oposição (PSDB – DEM – PPS e outros partidos menores de direita e centro-direita), avalio que todos os avanços sociais dos governos Lula e Dilma estarão em risco.

Penso que propostas da pauta direitista do Congresso e de parte da sociedade – aprovação da legalidade da terceirização de atividades-fim pelas empresas; cortes drásticos em programas sociais como Bolsa Família e encerramento de outros programas; cortes ainda mais severos nos orçamentos da Educação e Saúde; revisão do Mais Médicos; fim do regime de partilha e da política de conteúdo nacional da Petrobras; aprovação de uma “reforma política” que só atenda aos interesses dos partidos direitistas, com a manutenção da legalidade das doações de empresas às campanhas eleitorais e aos partidos; diminuição da maioridade penal etc. – terão enormes chances de serem aprovadas pelos parlamentares, sem o anteparo de um governo eleito com o apoio da maior parte dos setores de esquerda, centro-esquerda e movimentos sociais.

E que, apesar de cada vez mais acossado pelos setores de direita, sabe que não pode virar as costas, completamente, aos seus eleitores.

Se a presidente Dilma Rousseff for derrubada – não acredito que ela renuncie –, avalio que o retrocesso será inevitável.

Como é mais do que evidente, é cristalino, não é o desejo de moralizar a política brasileira que está em questão nas ameaças golpistas – a defesa da manutenção das doações de empresas às campanhas e aos partidos, por parte das oposições de direita a Dilma e ao PT, demonstra isso claramente. O que está em pauta é, sim, uma ampla e profunda agenda de retrocessos sociais.

Em razão disso, penso que a resistência ao golpe é necessária.

Além, é claro, da defesa fundamental e imprescindível dos princípios democráticos.

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Temer trama a derrubada de Dilma para assumir presidência da República

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Político mineiro jamais chamaria Michel Temer para vice de cargo nenhum.

Com 75 anos, Temer armou uma carreira política de morcegagem, que começou como oficial de gabinete de José Carlos Ataliba Nogueira, no governo de Ademar de Barros, o “rouba, mas faz”, que enredou, como governador, a queda de Jango e a imposição da ditadura militar em 1964.

Ainda na ditadura, na presidência do marechal João Figueiredo, em 1983, no governo de Franco Montoro, Temer assumiu a secretaria de Segurança Pública de São Paulo, cargo estratégico, que só poderia ser ocupado por quem tivesse a confiança dos militares.

Temer é político de sete fôlegos.  Exerceu seis mandatos de deputado federai, com os votos dos currais de Ademar e Mário Covas no porto de Santos, e presidente da Câmara em 1997, 1999 e 2009.

Em 2010, Dilma cometou o ato suicida  de convidar Temer para vice, um oportunista que, para continuar na política, tem que dar o último pulo de gato, que é suceder Dilma já, e ser candidato em 2018, e tentar a reeleição em 2022. Isso representa mais de dez anos de poder, e com o bilhete sorteado de ocupar o mais alto cargo da República.

Para quem nasceu em 1940, Temer precisa escolher: ou morre com Dilma em 2018, quando ela deixa o cargo, ou preside o Brasil até 2026.

Temer não está sozinho nesta armação. Ele presidente, Eduardo Cunha passa a ser vice-presidente e presidente do Brasil nas interinidades ou presidente do Brasil, que para isso existe vice, para garantir que rei morto, rei posto.

A mídia canta o jogo nas manchetes de hoje, e Temer, sem nenhum pejo, se oferece para solucionar a “grave crise”, e que “é preciso alguém para reunificar o País”.

Até o governo cai nesta conjuração. Não dá para entender o convite do ministro da Casa Civil e petista Mercadante, que propôs um acordo “suprapartidário” com o PSDB.

Mercadante é frouxo ou temista.

Todo governo democrata depende do embate com uma oposição. Isso não impede de vigiar os extremistas, e punir os atos golpistas, o terrorismo, o racismo, os fanáticos religiosos, os quinta-colunas, os inimigos do povo e da claridade

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O libertador da América Latina e os golpistas tucanos

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Ia escrever um artigo para comparar a República do Paraná à República do Galeão, quando descobri que Paulo Moreira Leite fez esta analogia.

Outra similitude a campanha de transformar o segundo governo de Dilma Rousseff no inferno terrorista que armaram para João Goulart, com o apoio da CIA, que antes da posse e durante todo o governo teve que enfrentar a consumada ameaça golpista.

“A história se repete, a primeira vez como tragédia e a segunda como farsa”, disse Karl Marx.

Sem guerra civil o Brasil conquistou a Independência, libertou os escravos e proclamou a República. Nas Américas, os Estados Unidos teve a tragédia das guerras da Independência e da Abolição da Escravatura. Nos Andes, Simón Bolívar e José de San Martín venceram as guerras de independência da América Espanhola do Império Espanhol. O México fuzilou o imperador Maximiliano.

Até quando o Brasil viverá a farsa dos golpes e contragolpes?

Parece que o PT não possui uma estratégia política contra os porta-vozes de uma nova ditadura. Basta citar dois corruptos. Fernando Henrique, talvez demente, deita um discurso refeito nas redações da vendida grande imprensa. E Aécio Neves, com a mente entorpecida, teima em continuar no palanque eleitoral, pretendendo estender para o Brasil uma legenda de medo, financiada pelo bilionário tráfico de nióbio, que submeteu Minas Gerais, conforme denúncia de Marco Valério no Congresso. Este ano, em janeiro, Aécio mandou a polícia e a justiça prender o jornalista Marco Aurélio Caronte, que só foi solto depois do segundo turno eleitoral. Existem outros presos políticos do PSDB no País da Geral.

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O Brasil pariu, certa vez, uma república dos governadores. E faz que não vê uma ditadura dos tribunais de justiça estaduais. Nem preciso ressaltar que todo autoritarismo é corrupto.

 

 A VOLTA DA REPÚBLICA DO GALEÃO

 

Campanha anti-PT de delegados da Polícia Federal lembra desvios de IPM da Aeronáutica que emparedou Getúlio Vargas em 1954

 

por Paulo Moreira Leite

 

Galeão

 

Em reportagem publicada no Estado de S. Paulo, Julia Duailibi revela que delegados encarregados da investigação da Operação Lava Jato utilizaram-se de redes sociais para fazer campanha a favor de Aécio Neves e ofender o ex-presidente Luiz Inácio Lula da Silva e a presidente Dilma Rousseff.

A reportagem mostra uma moblização política-policial com poucos antecedentes históricos. Descreve delegados engajados partidariamente para combater e desmoralizar personagens centrais de uma investigação em curso, sob seus cuidados.

Um dos coordenadores da Lava Jato referiu-se a Lula como “essa anta.” Um outro participa de um grupo no Facebook cujo símbolo é uma caricatura de Dilma com dois incisivos vampirescos, com uma faixa escrita “fora PT,” e proclama que seu objetivo é mostrar que “o comunismo e o socialismo são um grande mal que ameaça a sociedade.”

O aspecto disciplinar do caso está resolvido no artigo 364 no regimento disciplinar da Polícia Federal, que define transgressões disciplinares da seguinte maneira:

I – referir-se de modo depreciativo às autoridades e atos da Administração pública, qualquer que seja o meio empregado para êsse fim.

II – divulgar, através da imprensa escrita, falada ou televisionada, fatos ocorridos na repartição, propiciar-lhe a divulgação, bem como referi-se desrespeitosa e depreciativamente às autoridades e atos da Administração;

III – promover manifestação contra atos da Administração ou movimentos de apreço ou desapreço a quaisquer autoridades;

Em 1954, quando o major Rubem Vaz, da Aeronáutica, foi morto num atentado contra Carlos Lacerda, um grupo de militares da Aeronáutica abriu um IPM a margem das normas e regras do Direito, sem respeito pela própria disciplina e hierarquia.

O saldo foi uma apuração cheia de falhas técnicas e duvidas, como recorda Lira Neto no volume 3 da biografia Getúlio, mas que possuía um objetivo político declarado — obter a renúncia de Vargas. Menos de 20 dias depois, o presidente da República, fundador da Petrobras, dava o tiro no peito.

Em 2014, nem é preciso perder tempo em perguntas sobre a isenção dos policiais, sobre foco, sobre indispensável distanciamento profissional para produzir provas consistentes e críveis. Está tudo claro.

A desobediencia a determinações claríssimas do regimento da PF sinaliza uma fraqueza profissional inaceitável.

Fica difícil saber até onde foi uma investigação necessária em torno da Petrobras — e onde ocorreu algo que tem características de uma conspiração, tipica de quem se vale de seus postos no Estado para atingir finalidades políticas.

Quem terá coragem de negar que as mais graves suspeitas que rondam o inquérito desde o início, de que seria uma investigação dirigida para causar prejuízos imensos ao Partido dos Trabalhadores, evitando comprometer políticos e legendas da oposição, ganharam veracidade e consistência a partir de hoje?

Como duvidar de uma ululante teoria do domínio do fato para tentar colocar a presidente e o ex num escândalo cujo alcance ninguém conhece?

Em 2004, quando ocorreu a primeira denúncia contra o Partido dos Trabalhadores, apareceu um vídeo onde Waldomiro Diniz, assessor parlamentar do PT, pedia propina para o bicheiro Carlinhos Cachoeira. Semanas depois, surgiu uma gravação, onde o procurador Roberto Santoro, que conseguiu a gravação, apela a Cachoeira para lhe entregar a fita, usando um argumento claríssimo: “pra ferrar o chefe da Casa Civil da Presidência da República, o homem mais poderoso do governo, ou seja, pra derrubar o governo Lula…”

A primeira gravação foi um escândalo. A segunda, logo caiu no esquecimento — embora fosse indispensável para compreender a primeira. Isso porque atrapalhava o esforço da oposição para criminalizar o governo do Partido dos Trabalhadores.

Resta saber, agora, o que será feito com o anti-petismo militante e radical dos delegados.

Responsável pela Polícia Federal, o ministro da Justiça José Eduardo Cardozo anunciou a abertura de uma investigação.

“É importante dizer que, se por um lado os delegados têm todo o direito de se manifestar a favor do candidato A, B, C ou D, contra partido Y, contra partido Z, de outro lado, quem conduz uma investigação deve ser absolutamente imparcial, até para que não traga nulidade ao processo”, afirmou Cardozo. Ele acrescentou que “a manifestação é livre, mas um delegado não pode conduzir uma investigação parcialmente, pelas suas convicções intimas, nem divulgar informações sigilosas”.

Nessas horas, é bom evitar confusões. Até agora ninguém questionou o direito dos delegados terem suas próprias opiniões políiticas. Quem coloca essa carta na mesa apenas ajuda a embaralhar uma discussão séria e urgente. Delegados e agentes da PF são brasileiros como os outros, em direitos e obrigações. Da mesma forma que existem policiais tucanos, também existem eleitores de Dilma, de Marina e dos outros candidatos. Isso não está em questão.

O que se questiona é um comportamento indisciplinado e desrespeitoso, que está longe de configurar um caso menor. A indisciplina não é uma reação de garotos e garotas mal comportadas na sala de aula. É um ato político.

Em 2006, foi a indisciplina de um delegado da Polícia Federal, eleitor assumido do PSDB, que forneceu imagens do dinheiro apreendido no caso dos aloprados, que garantiu uma cena que assegurou a realização de dois turnos na eleição presidencial.

Também se questiona outra coisa. Assim como acontece com militares, delegados são cidadãos que tem várias regalias — inclusive o porte de arma — no exercício de suas funções.

A sociedade lhes dá este direito porque confia em sua capacidade não só para obrigar os outros brasileiros a respeitar a lei e a ordem — mas também em sua disposição para dar o exemplo e submeter-se às peculiaridades que a lei e a ordem reserva para quem tem o direito de portar armas, abrir inquéritos, denunciar e acusar.

Esta é a questão. Basta recordar que foram — justamente — personagens e supostas revelações da Lava Jato que alimentaram a tentativa de golpe eleitoral midiático de 26 de outubro para se entender a importância de apurar cada passo, cada mensagem, cada iniciativa dos delegados denunciados.

 

 

 

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O que acontecerá com a Petrobras, e contra o governo Dilma Rousseff

José  de Souza Castro
José de Souza Castro

 

Será interessante ver o que acontecerá com a própria Petrobras, se o governo não conseguir conter os ataques contra a estatal – e, principalmente, contra o próprio governo Dilma Rousseff – ataques desfechados com o apoio intenso da imprensa, a pretexto de combate à corrupção. Um velho pretexto que causou, em 1954, a morte de Getúlio Vargas, o criador da Petrobras, e que foi extremamente usado, como agora, às vésperas do golpe militar de 1964, contra Jango Goulart.

 

Minhas experiência na Petrobras 

 

por José de Souza Castro

Meu terceiro emprego com carteira assinada foi na Petrobras. Fiz concurso para auxiliar de escritório na obra de construção da Refinaria Gabriel Passos (Regap), em Betim, e fui admitido em 1965. A Construtora Andrade Gutierrez fazia ainda a terraplanagem, mas algumas obras civis já tinham começado.

Eu fui designado para a Seção de Fiscalização e lotado na Central de Concreto. A empreiteira era a Bento Paixão S/A. Meu chefe era um engenheiro experiente que começara na Petrobras praticamente desde sua fundação, em 1953. O outro funcionário da Petrobras, nesta Central de Concreto, era um servente que ficava no poeirento local em que cimento, areia e brita eram misturados e transformados em concreto. Ele anotava a metragem de concreto que saía e o tipo, pois em cada um havia gastos diferentes, segundo uma tabela, de cimento, areia e brita.

A brita era produzida, ali perto, numa pedreira da Bento Paixão, que também se encarregava da compra da areia. O cimento era comprado pela Petrobras. Havia três fornecedores: Itaú, Ciminas e Cauê. Eu fazia os pedidos ao Setor de Compras da Regap, por telefone, e ele os repassava a uma das três cimenteiras. O caminhão carregado de cimento era pesado por um empregado da Bento Paixão, ao chegar e ao sair, e ele me informava a quantidade de cimento fornecido, a partir do peso do caminhão.

Era um controle muito à base da confiança, mas tanto meu chefe, como a superintendência da Regap, se mostravam satisfeitos com o sistema de fiscalização. Ao fim de cada dia eu apresentava a ele um relatório e, ao fim do mês, outro com informações consolidadas. Pelos meus cálculos, não havia divergências entre concreto fornecido e cimento comprado. A qualidade do produto era atestada por um laboratório de concreto contratado pela Regap, pertencente a um conhecido engenheiro de Belo Horizonte. E até onde sei, essa qualidade nunca foi contestada nestes anos todos.

Presente de Natal

Eu estava satisfeito com meu trabalho, pois sobrava tempo para estudar, preparando-me para o vestibular de Medicina. Cheguei a fazer inscrição, mas desisti das provas, pois passei num concurso para Operador de Utilidades da Regap que exigiria trabalhar em turnos de oito horas. Ganharia dez salários mínimos, e não podia abrir mão disso. Acabei cursando jornalismo, a partir de 1968.

O que me incomodou, na Central de Concreto, foi o que aconteceu na véspera do Natal. O Sr. Bento Paixão, um conhecido socialite casado com uma herdeira ricaça, apareceu por lá, num carrão novo, com presentes para o engenheiro e para os dois outros fiscais da Petrobras: eu e o servente. A mim, ele entregou um corte de casimira, para fazer um terno. Não me lembro o que ganharam os outros dois, mas sei que um era mais valioso que o meu, outro menos. Não pude recusar, pois meu chefe aceitou seu presente com naturalidade, mas nunca mandei fazer o terno. Acabei dando o corte para um amigo que precisava dele para seu terno de casamento.

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Opção obrigatória

Esse episódio volta-me à memória por causa do noticiário sobre a Petrobras. Empresa da qual fui demitido, juntamente com milhares de outros empregados que, por questões políticas, se recusaram a abrir mão do estatuto da estabilidade, fazendo opção pelo FGTS. Era uma “opção” obrigatória, imposta pelo então presidente da estatal, general Ernesto Geisel.

Hoje se diz que a Petrobras foi ocupada pelos partidos políticos. Naquela época, ela havia sido, incontestavelmente, pelos militares. Não se lia, na imprensa, ninguém que condenasse então esse movimento de ocupação.

Quando fiz o concurso para Operador de Utilidades, havia oito vagas. Uma foi preenchida por um tenente do Exército, sobrinho do general Serpa, que dizia ter desistido da carreira militar para ser operador da Petrobras. Não sei se ele fez o concurso. Gostava de discutir política. Eu não, pelo menos com um antigo tenente do Exército. Um que embarcou na sua onda “marxista” foi demitido no fim do segundo mês do curso de treinamento, que era feito na Cemig, pois íamos operar a subestação elétrica da Regap.

Um dia após o AI-5, o “ex” tenente não apareceu para trabalhar. Logo soubemos que ele fora nomeado interventor no Sindipetro, o sindicato dos empregados da Regap, cujo presidente seria demitido da empresa. Quando chegou a minha vez, fui ao sindicato. Queria entrar com ação trabalhista contra a Petrobras. Não riram, pelo menos na minha cara, mas nada podiam fazer a respeito, porque, afinal, eu já não era petroleiro.

Eu era teimoso, e contratei um advogado que tinha sido vigilante da Regap e fora também demitido antes mesmo da leva dos não optantes pelo FGTS. Entramos na Justiça do trabalho e acabamos ganhando uma pequena indenização. Mas não por termos sido injustamente demitidos.

Perseguidos da ditadura

Quando Aureliano Chaves foi ministro das Minas e Energia, a Petrobras recontratou, pagando indenização pelos anos não trabalhados, os que perderam o emprego por questões políticas durante a ditadura militar. O presidente do Sindipetro-MG era então um combativo sindicalista, Luiz Fernando Maia, que trabalhara comigo na subestação elétrica como ajudante de operador. Ele me procurou na sucursal do Jornal do Brasil, para dizer que eu tinha direito à reintegração e à indenização. Mas teria que voltar a trabalhar, pelo menos por alguns meses, na Regap.

Eu estava satisfeito com meu emprego, e apenas agradeci a atenção dele. Meu advogado – não sei por qual motivo, mas desconfio que tenha sido uma forma de protesto – voltou à Petrobras como vigilante, pensando em embolsar a indenização e ficar ali por pouco tempo. Logo depois morreu num acidente de carro, ao voltar do trabalho.

Depois da história

Apesar de tudo o que se diz agora, a Petrobras cresceu muito. Em pouco tempo, será a quinta maior empresa energética do mundo. E tem reservas de petróleo de causar inveja às outras, que gostariam de dividir com ela essas reservas. Para isso, porém, é preciso mudar o governo. Fazer como fizeram os amigos de Geisel com a economia brasileira.

Vamos ver o que aconteceu com as três fornecedoras de cimento para a Regap. A Companhia de Cimento Portland Itaú, criada depois do decreto 16.755 de Getúlio Vargas, que concedia privilégios a cimenteiras nacionais que usassem matéria-prima e combustíveis daqui, desativou sua única fábrica, em Contagem, depois de uma longa batalha por questões de poluição ambiental. O Grupo Lafarge, de origem francesa, que já era dono da Cominci desde 1959, comprou em 1996 a Matsulfur, de Montes Claros, construída pelo Grupo Asamar, de Minas, com recursos da Sudene. A Cauê, de Juventino Dias, empresário mineiro, foi comprada em 1997 pela Camargo Correa, uma das empresas que está sendo investigada agora pela Polícia Federal por corrupção na Petrobras. E o setor cimenteiro, cobiçado pelos grandes grupos internacionais, que se cuide.

Será interessante ver o que acontecerá com a própria Petrobras, se o governo não conseguir conter os ataques contra a estatal – e, principalmente, contra o próprio governo Dilma Rousseff – ataques desfechados com o apoio intenso da imprensa, a pretexto de combate à corrupção. Um velho pretexto que causou, em 1954, a morte de Getúlio Vargas, o criador da Petrobras, e que foi extremamente usado, como agora, às vésperas do golpe militar de 1964, contra Jango Goulart.

Para concluir, eu gostaria de pensar que nem todos os que ganham um presente de empreiteira são corruptos. E que a maior parte não ganha.

Há cheiro de 1964 no ar. É meu dever dizer aos jovens o que é um Golpe de Estado, por Hildegard Angel

por Hildegard Angel

 

Manifestantes na Marcha da Família com Deus pela Liberdade em 19 de março de 1964 na Praça da Sé, em São Paulo. Fonte: Correio da Manhã.
Manifestantes na Marcha da Família com Deus pela Liberdade em 19 de março de 1964 na Praça da Sé, em São Paulo. Fonte: Correio da Manhã.
Marcha dos zumbis na véspera do Dia de Finados, em São Paulo, exigindo a derrubada de Dilma
Marcha dos zumbis na véspera do Dia de Finados, em São Paulo, exigindo a derrubada de Dilma
Capa golpista em 1964
Capa golpista para homenagear os garotos virgens de mulher, que propagavam nas ruas a intervenção do exército
Capa golpista em novembro de 2014
Capa golpista em novembro de 2014

**Há cheiro de 1964 no ar. Não apenas no Brasil, mas também nas vizinhanças. Acho então que é chegada a hora de dar o meu depoimento.

Dizer a vocês, jovens de 20, 30, 40 anos de meu Brasil, o que é de fato uma ditadura.

Se a Ditadura Militar tivesse sido contada na escola, como são a Inconfidência Mineira e outros episódios pontuais de usurpação da liberdade em nosso país, eu não estaria me vendo hoje obrigada a passar sal em minhas tão raladas feridas, que jamais pararam de sangrar.

Fazer as feridas sangrarem é obrigação de cada um dos que sofreram naquele período e ainda têm voz para falar.

Alguns já se calaram para sempre. Outros, agora se calam por vontade própria. Terceiros, por cansaço. Muitos, por desânimo. O coração tem razões…

Eu falo e eu choro e eu me sinto um bagaço. Talvez porque a minha consciência do sofrimento tenha pegado meio no tranco, como se eu vivesse durante um certo tempo assim catatônica, sem prestar atenção, caminhando como cabra cega num cenário de terror e desolação, apalpando o ar, me guiando pela brisa. E quando, finalmente, caiu-me a venda, só vi o vazio de minha própria cegueira.

Meu irmão, meu irmão, onde estás? Sequer o corpo jamais tivemos.

Outro dia, jantei com um casal de leais companheiros dele. Bronzeados, risonhos, felizes. Quando falei do sofrimento que passávamos em casa, na expectativa de saber se Tuti estaria morto ou vivo, se havia corpo ou não, ouvi: “Ah, mas se soubessem como éramos felizes… Dormíamos de mãos dadas e com o revólver ao lado, e éramos completamente felizes”. E se olharam, um ao outro, completamente felizes.
Ah, meu deus, e como nós, as famílias dos que morreram, éramos e somos completamente infelizes!

zuzuangel

Cenas do filme "Zuzu Angel" de Sérgio Rezende, 2006
Cenas do filme “Zuzu Angel” de Sérgio Rezende, 2006

A ditadura militar aboletou-se no Brasil, assentada sobre um colchão de mentiras ardilosamente costuradas para iludir a boa fé de uma classe média desinformada, aterrorizada por perversa lavagem cerebral da mídia, que antevia uma “invasão vermelha”, quando o que, de fato, hoje se sabe, navegava célere em nossa direção, era uma frota americana.

 

 John F. Kennedy durante a visita do então presidente João Goulart aos Estados Unidos em 1962. Posteriormente descobriu-se que o presidente estadunidense planejava invadir militarmente o Brasil para depor o governo de Goulart.29 30

“John F. Kennedy durante a visita do então presidente João Goulart aos Estados Unidos em 1962. Posteriormente descobriu-se que o presidente estadunidense planejava invadir militarmente o Brasil para depor o governo de Goulart”. Wikipédia

 

Deu-se o golpe! Os jovens universitários liberais e de esquerda não precisavam de motivação mais convincente para reagir. Como armas, tinham sua ideologia, os argumentos, os livros. Foram afugentados do mundo acadêmico, proibidos de estudar, de frequentar as escolas, o saber entrou para o índex nacional engendrado pela prepotência.

As pessoas tinham as casas invadidas, gavetas reviradas, papéis e livros confiscados. Pessoas eram levadas na calada da noite ou sob o sol brilhante, aos olhos da vizinhança, sem explicações nem motivo, bastava uma denúncia, sabe-se lá por que razão ou partindo de quem, muitas para nunca mais serem vistas ou sabidas. Ou mesmo eram mortas à luz do dia. Ra-ta-ta-ta-tá e pronto.

E todos se calavam. A grande escuridão do Brasil. Assim são as ditaduras. Hoje ouvimos falar dos horrores praticados na Coreia do Norte. Aqui não foi muito diferente. O medo era igual. O obscurantismo igual. As torturas iguais. A hipocrisia idêntica. A aceitação da sobrevivência. Ame-me ou deixe-me. O dedurismo. Tudo igual. Em número menor de indivíduos massacrados, mas a mesma consistência de terror, a mesma impotência.

Falam na corrupção dos dias de hoje. Esquecem-se de falar nas de ontem. Quando cochichavam sobre “as malas do Golbery” ou “as comissões das turbinas”, “as compras de armamento”. Falavam, falavam, mas nada se apurava, nada se publicava, nada se confirmava, pois não havia CPI, não havia um Congresso de verdade, uma imprensa de verdade, uma Justiça de verdade, um país de verdade.

E qualquer empresa, grande, média ou mínima, para conseguir se manter, precisava obrigatoriamente ter na diretoria um militar. De qualquer patente. Para impor respeito, abrir portas, estar imune a perseguições. Se isso não é um tipo de aparelhamento, o que é, então? Um Brasil de mentirinha, ao som da trilha sonora ufanista de Miguel Gustavo.

Minha família se dilacerou. Meu irmão torturado, morto, corpo não sabido. Minha mãe assassinada, numa pantomima de acidente, só desmascarada 22 anos depois, pelo empenho do ministro José Gregory, com a instalação da Comissão dos Mortos e Desaparecidos Políticos no governo Fernando Henrique Cardoso.

Meu pai, quatro infartos e a decepção de saber que ele, estrangeiro, que dedicou vida, esforço e economias a manter um orfanato em Minas, criando 50 meninos brasileiros e lhes dando ofício, via o Brasil roubar-lhe o primogênito, Stuart Edgar, somando no nome homenagens aos seus pai e irmão, ambos pastores protestantes americanos – o irmão, assassinado por membro louco da Ku Klux Klan. Tragédia que se repetia.

Minha irmã, enviada repentinamente para estudar nos Estados Unidos, quando minha mãe teve a informação de que sua sala de aula, no curso de Ciências Sociais, na PUC, seria invadida pelos militares, e foi, e os alunos seriam presos, e foram. Até hoje, ela vive no exterior.

Barata tonta, fiquei por aí, vagando feito mariposa, em volta da fosforescência da luz magnífica de minha profissão de colunista social, que só me somou aplausos e muitos queridos amigos, mas também uma insolente incompreensão de quem se arbitrou o insano direito de me julgar por ter sobrevivido.

Outra morte dolorida foi a da atriz, minha verdadeira e apaixonada vocação, que, logo após o assassinato de minha mãe, precisei abdicar de ser, apesar de me ter preparado desde a infância para tal e já ter então alcançado o espaço próprio. Intuitivamente, sabia que prosseguir significaria uma contagem regressiva para meu próprio fim.

Hoje, vivo catando os retalhos daquele passado, como acumuladora, sem espaço para tantos papéis, vestidos, rabiscos, memórias, tentando me entender, encontrar, reencontrar e viver apesar de tudo, e promover nessa plantação tosca de sofrimentos uma bela colheita: lembrar os meus mártires e tudo de bom e de belo que fizeram pelo meu país, quer na moda, na arte, na política, nos exemplos deixados, na História, através do maior número de ações produtivas, efetivas e criativas que eu consiga multiplicar.

E ainda há quem me pergunte em quê a Ditadura Militar modificou minha vida!

** O primeiro parágrafo original deste texto, que fazia referência à possível iminente tomada do poder de um governo eleito democraticamente, na Venezuela, foi trocado pela frase sucinta aqui vista agora, às 15h06m deste dia 24/02/2014, porque o foco principal do assunto (a ditadura brasileira) foi desviado nos comentários. Meus ombros já são pequenos para arcarem com a nossa tragédia. Que dirá com a da Venezuela!

*** Pelo mesmo motivo acima exposto, os comentários que se referiam à questão na Venezuela referida no antigo primeiro parágrafo foram retirados pois perderam o sentido no contexto.Pedindo desculpa aos autores dos textos, muitos deles objeto de reflexão honesta e profunda, e merecedores de serem conhecidos, mas não há motivação para mantê-los aqui no ar. O nível de truculência a que levou a discussão não me permite estimulá-la.

 

Ao editar o histórico texto de Hildegard Angel, acrescentei as ilustrações (T.A.)

 

 

95 empresas financiaram a ditadura

Ronaldo
Ronaldo

 

Em reunião do grupo de trabalho “Ditadura e repressão aos trabalhadores e ao movimento sindical” com pesquisadores sobre o envolvimento do empresariado brasileiro com o regime militar, neste sábado 15, a advogada Rosa Cardoso, membro da CNV, afirmou que o apoio dado por grupos do setor privado ao golpe deve se fazer conhecido.

“Devemos fazer uma responsabilização institucional em relação às empresas que apoiaram a ditadura. Assim, conseguimos mostrar que tratou-se de um golpe civil militar e não apenas militar, uma vez que foi construído por toda uma classe empresarial”, disse Rosa sobre o apoio também de grupos multinacionais que se viam em situação de risco nos governos que antecederam o regime militar, como o de João Goulart.

A advogada de presos políticos na ditadura lembrou que, antes mesmo do golpe contra Jango, foram criados os Ipes (Instituto de Pesquisa e Estudos Sociais) e o Ibad (Instituto Brasileiro de Ação Democrática), que apoiavam partidos e parlamentares de direita com dinheiro do empresariado e da própria CIA (Agência Central de Inteligência dos Estados Unidos), ajudando a criar todo um aparato para o golpe. “Havia Ipes não apenas nas principais capitais, mas também em lugares mais afastados, como Manaus”, disse. “E não apenas os Ipes, mas também grupos que não tinham paciência para ser tão militante, como o de antigos membros da Revolução Constitucionalista (movimento paulista de 1932 contra Getúlio Vargas) e os banqueiros.” [Recentemente Olavo Setubal, dono do banco Itaú, foi lembrado em um escracho].

Na época, afirmou o pesquisador Jorge José de Melo, o empresariado paulista denominava 40% do PIB brasileiro.
“Colaborar com esse tipo de estrutura do regime era ter acesso livre aos recursos públicos”, explicou o jornalista que analisou a trajetória de Henning Albert Boilesen, presidente da Ultragaz e colaborador do regime, que acabou assassinado por um comando da ALN (Ação Libertadora Nacional) e do MRT (Movimento Revolucionário Tiradentes) em 1971. “Alguns colaboraram ideologicamente, como Boilesen e Gastão Bueno Vidigal, do Banco Mercantil, mas outros colaboravam para ter acesso mais fácil aos recursos.”

Assim, o golpe de 1964 contou com a ajuda da elite burguesa preocupada em proteger o capital. Para executar o programa de propaganda, contou a jornalista Denise Assis, foi montado um esquema de doações, constituído por 125 pessoas físicas e 95 jurídicas – destas, cinco (Listas Telefônicas Brasileiras, Light, Cruzeiro do Sul, Refinaria e Exploração de Petróleo União e Icomi) arcavam com mais de 70% das contribuições. O dinheiro arrecadado seguia, então, para as agências de propaganda como: Promotion S.A, Denisson Propaganda, Gallas Propaganda, Norton Propaganda e Multi Propaganda.

Empreiteiras. Dentre os setores que contribuíram e se beneficiaram do regime militar, um de grande destaque foi o de construção civil. Segundo Pedro Henrique Pedreira Campos, professor da Universidade Federal Rural do Rio de Janeiro (UFRRJ) que pesquisou como as empreiteiras apoiaram a ditadura, “empresários que atuam no setor de obras públicas e infraestrutura deram grande salto nessa época”. “Tornaram-se grandes grupos, inclusive com atuação internacional. Em troca, foram altamente favorecidos pelas políticas de Estado implantadas naqueles período. Houve, então, uma concentração no setor na área de construção pesada.”

Muitas vezes, mais do que a colaboração financeira com o regime, as empresas forneciam também apoio logístico à repressão. Além da perseguição a trabalhadores, com as chamadas “listas negras” daqueles que não deveriam ser mais contratados, houve quem cedesse acessórios – como tampões de proteção acústica da General Motors para funcionários do DOI-Codi em São Paulo – ou disponibilizasse instalações para serem transformadas em centros de tortura, como acusam a Petrobras de fazê-lo.

polícia banqueiro poder protesto

 

A LISTA DAS EMPRESAS GOLPISTAS

Mais de 80 empresas estão envolvidas em espionagem e delação de quase 300 funcionários, segundo levantamento feito pela Comissão Nacional da Verdade. O intuito era sufocar qualquer movimento sindicalista que estivesse sendo gestado entre os trabalhadores de grandes montadoras, como Volkswagen, Chrysler, Ford, General Motors, Toyota, Scania, Rolls-Royce, Mercedes Benz, e também de outros setores, como a Brastemp, a estatal Telesp, a Kodak, a Caterpillar, a Johnson & Johnson, a Petrobras, a Embraer e a Monark – todas elas concentradas no ABCD paulista e no Vale do Paraíba.

As empresas justificavam o controle e a colaboração com o regime pela suposta ameaça comunista dos movimentos sindicais. Desde citar os nomes de quem organizasse atos sindicalistas ou vendesse jornais na porta da fábrica, até qualificar algumas mortes como acidentes de trabalho quando de fato não o eram. A polícia, em muitos casos, chegava a receber das companhias milhares de folhas de registros dos empregados que estiveram presentes em greves ou manifestações, com todos os seus dados pessoais, o que poderia levar hoje a processos civis desses funcionários (dos que ainda estão vivos ou de seus familiares) contra as empresas. Não se sabe, porém, se esses dados serviam para evitar futuras contratações por outras empresas ou simplesmente para coleta. Segundo os especialistas, é bastante provável que tenham que ressarcir os afetados, já que não estão amparadas pela lei de Anistia (n.6.683, 1979), que perdoou aqueles que cometeram crimes durante o regime militar no Brasil (1964-1985).

“Os empresários podem ser acusados por crimes de lesa humanidade; 40% dos mortos e desaparecidos durante a ditadura são trabalhadores”, afirma Sebastião Neto, ex-preso político e um dos pesquisadores do grupo de trabalho “Ditadura e repressão aos trabalhadores e ao movimento sindical”, da Comissão Nacional da Verdade. Ainda não se sabe quais deles foram efetivamente detidos por causa da denúncia do empregador. Entre os que chegaram a ser torturados e mortos, também não se sabe ao certo se sofreram tudo isso pela investigação no local de trabalho ou por sua relação com organizações políticas.

O Departamento Estadual de Ordem Política e Social (Dops) em São Paulo tinha uma lista com nome e endereços de centenas de trabalhadores de várias fábricas do ABC (Brastemp, Chrysler, Corona, Equipamentos Villares, Ford, Forjaria São Bernardo, Mercedes-Benz, Rolls-Royce, Scania, Volkswagen, entre outros). Também haveria um informante entre os que discutiam a greve da Scania em São Bernardo, em maio de 1978, tida como marco da retomada do movimento sindical, ainda no final da ditadura.

 Saad Murtadha
Saad Murtadha

A LISTA DA MORTE

Na semana passada, a agência Reuters divulgou informações sobre monitoramento da Volkswagen, durante a ditadura, em relação ao então líder sindical Luiz Inácio Lula da Silva, ex-presidente da República, e outros dirigentes. “Talvez a Volks tivesse mais expertise”, comentou Neto, que se preocupou em não enfatizar a ação de uma empresa. “O que nós mostramos é um mecanismo contínuo de repressão, o controle no dia a dia dos trabalhadores”, explica. Segundo ele, havia “naturalidade” na relação entre empresas e polícia política.

Os exemplos são vários. “Em Criciúma, você tem um episódio que o empresário conferia a lista dos presos”, diz Neto, citando ainda o caso de uma mineradora (Morro Velho), em Nova Lima (MG) com um grupo de 51 operários “que ficaram impedidos de viver na cidade” – haveria um acordo para não empregá-los em nenhum lugar. Isso ocorreu ainda em período anterior à ditadura. Ainda em Minas, outro caso de destaque é o chamado “massacre de Ipatinga”, na Usiminas, com 13 mortos reconhecidos.

Depois do golpe de 1964, há a suspeita, no grupo de trabalho, de que as estatais foram uma espécie de “laboratório” da repressão. Apenas na Petrobras foram mais de 500 demissões nos seis meses seguintes à queda de João Goulart.

Rosa Cardoso destaca ainda a importância de se conhecer casos de empresas que cresceram durante a ditadura, citando as construtoras Odebrecht e Camargo Corrêa. “Mas também a Globo, empresa de comunicação. A Varig, por exemplo, que tomou o lugar da Panair, numa falência absolutamente fraudulenta que lhe foi imposta.”

Neto lembra que alguns problemas são atuais. “Hoje, o movimento sindical é muito criminalizado nas greves”, afirma, citando a existência de recursos jurídicos como o interdito proibitório. Ou o que ele chama de “uma espécie de naturalidade de a empresa ligar para a polícia para resolver uma contenda trabalhista“.

 

banqueiros movimento greve manifestante indignados banqueiros

Latuff
Latuff

marina tortura

Candidata do Clube Militar
Candidata do Clube Militar

50 años después del derrocamiento del presidente democrático Joao Goulart, no debemos olvidar el apoyo de Washington a los golpistas

por Eric Toussaint

FMI

50 años después del golpe de Estado de los militares, el 2 de abril de 1964, y el derrocamiento del presidente Joao Goulart, no existe ninguna duda del apoyo activo del Gobierno de Estados Unidos, del Banco Mundial y del FMI. El 2 de abril de 2014, una organización no gubernamental en Estados Unidos, la National Security Archive (NSA!) ha publicado una impresionante serie de documentos oficiales desclasificados que demuestran la complicidad de Washington con los militares brasileños que derrocaron hace 50 años al régimen democrático de Joao Goulart.

En la tesis doctoral que defendí en 2004 en las universidades de Paría VIII y Liège (1), abordé el apoyo aportado por Washintong, el Banco Mundial y el FMI a los militares brasileños. En este cincuentenario reproduzco un extracto de esa tesis.

Apoyo a la junta militar de Brasil que derrocó al presidente João Goulart

El régimen democrático del presidente João Goulart fue derrocado por los militares en abril de 1964. Los préstamos del Banco y del FMI, que habían sido suspendidos durante tres años, se reiniciaron poco después (2).

Hagamos un resumen sucinto de los acontecimientos: en 1958, el presidente brasileño Kubitschek tuvo que entablar negociaciones con el FMI para recibir un préstamo de Estados Unidos de 300 millones de dólares. Finalmente, Kubitschek rechazó las condiciones impuestas por el FMI y prescindió del préstamo. Esto le valió una gran popularidad.

Su sucesor, João Goulart anunció que pondría en práctica una reforma agraria radical y que iba a proceder a la nacionalización de las refinerías de petróleo: los militares lo derribaron. Al día siguiente del golpe, Estado Unidos reconoció al régimen militar. Poco después, el Banco y el FMI reanudaron la política de préstamos suspendida. Por su parte, los militares abolieron las medidas económicas criticadas por Estados Unidos y el FMI. Destaquemos que las instituciones financieras internacionales consideraron que el régimen militar tomaba sanas medidas económicas (sound economic measures) (3), aunque el PIB había bajado un 7 % en 1965 y miles de empresas habían quebrado. El régimen organizó una fuerte represión, prohibió las huelgas, provocó una fuerte caída del salario real, suprimió las elecciones por sufragio directo, decretó la disolución de los sindicatos y recurrió con regularidad a la tortura.

 

Brasil: desembolsos del Banco Mundial

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O esquecido impeachment de Arraes

 

A propaganda do mito Arraes criou várias lendas.

1 – Uns dizem que Arraes recebeu convite dos militares para permanecer no governo, mas recusou.

2 – Outros, que foi deposto.

A verdade: Era repórter setorista do Diário de Pernambuco no Palácio das Princesas e, inclusive, escrevia a tradicional coluna “Ontem, em Palácio”.

O golpe militar estava previsto para ter início após uma senha que seria anunciada pelo deputado federal Costa Cavalcanti, em discurso na Câmara dos Deputados. Aconteceu do general Mourão Filho antecipar o movimento armado. Que, em Pernambuco, era do conhecimento dos coronéis ligados a Costa Cavalcanti, sendo ainda articuladores, no Nordeste, os generais Muricy e Golbery. Entre os civis, apenas Cid Sampaio. Costa Cavalcanti foi secretário de Segurança Pública no governo de Cid. Arraes sucedeu Cid no governo, e eleito com o apoio não declarado de Cid, de quem era concunhado.

A antecipação de Mourão possibilitou que o golpe não fosse certeiro, permitindo dúvidas sobre quem assumiria a presidência da República, e impossibilitando a conquista dos governos estaduais pelos coronéis do Exército, com ou sem autorização do comando revolucionário.

Sim, o termo certo era revolução. Esperada desde que Jango, via plebiscito, fez retornar o presidencialismo. O improvisado parlamentarismo não passou de uma condição negociada pelos ministros militares, após a renúncia de Jânio, que não puderam evitar a posse de Jango, imposta pelo movimento de Brizola no Rio Grande do Sul.

Era esperada uma revolução, um confronto dos camponeses de Francisco Julião (brigado com Arraes), a Polícia Militar do Rio Grande do Sul, mais o Exército do Sul, inclusive Kruel em São Paulo, e governadores aliados de Jango contra os militares golpistas. Uma revolução que não aconteceu.

No começo da tarde passei no Diário de Pernambuco para pegar um vale, que estava decidido gazetear um cinema com a namorada. Na redação, na caixa de correspondência havia uma telegrama da Meridional. Abri. Informava: “O general Moura Filho deslocou tropas em direção da Região da Mantiqueira, para treinamento…”. Este o primeiro telegrama da Meridional. O jornalista Moacir Japiassu, no célebre romance “Quando Alegre Partiste”, publica o texto de um segundo telegrama. A narrativa demonstra a preocupação dos jornalistas aliados de Jango quanto ao desconhecimento do golpe, pelo povo e autoridades civis. Era a crença de que o povo iria para as ruas combater o golpe.

Fui correndo para o Palácio das Princesas para entrevistar Arraes, mas não consegui.

Quando apareceu o deputado Aderbal Jurema. Mostrei o telegrama. Não entendeu. Tive que argumentar, para conseguir o encontro com Arraes.

– Aderbal, você foi jornalista. Treinamento de tropas não é notícia nacional. E a Meriodional jamais gastaria dinheiro para mandar um telegrama com esta informação sem nenhuma importância: de que Mourão está treinando soldados…

Aderbal levou o telegrama para Arraes. Esperei inquieto, nada de Aberbal descer da ala residencial do Palácio.

Decidi telefonar para a casa do vice-governador Paulo Guerra. Atendeu a esposa, que revelou que o marido estava na fazenda. Recomendei: Mande avisar que a revolução estourou. Pura loucura o recado. Mas quem me conhece sabe que sou capaz de tais riscos. Sempre confiei no meu “faro” de jornalista.

Nada de Aderbal descer. Era a hora do crepúsculo. Paulo Guerra telefonou. Falei do telegrama e da demora de Aderbal.

Cobri para o Diário de Pernambuco, no Rio de Janeiro, a convenção do PSD, e foi manchete minha: Paulo Guerra lançou as candidaduras de Juscelino presidente, e Arraes vice. Nos bastidores da convenção o assunto cochichado era a revolução, que ninguém acreditava. A imprensa estava voltada para as articulações das candidaturas para presidente de Juscelino e Carlos Lacerda, sendo que, sem chances, Brizola e Arraes buscavam o apoio de Jango. E para as marchas golpistas da Tradição, Família e Propriedade, TFP, e as procissões do povo que reza unido permanece unido.

Finalmente apareceu Aderbal, e pressenti que alguma coisa de sério estava acontecendo. Justificou: – Arraes não pode lhe receber. Está com uma forte alergia nos olhos. Demorei porque estávamos tentando falar com Brasília. Só agora conseguimos, pelo rádio amador. Abelardo (Jurema, irmão de Aderbal, ministro da Justiça de Jango) confirmou que havia um quisto revolucionário em Minas Gerais, mas que seria debelado até às 18 horas. E que Arraes telefonou para Justino. O comandante do IV Exército garantiu que desconhecia qualquer movimentação de tropas, e que em Pernambuco tudo estava em paz.

Acredito que, no momento do telefonema de Arraes, Justino estava por fora. Nesta mesma noite, Edmundo Moraes, chefe de reportagem do Diário de Pernambuco, e ex-secretário de Imprensa de Cid, e amigo de Costa Cavalcanti, me confidenciava que os coronéis estiveram no gabinete do comandante do IV Exército, para comunicar  a quartelada, e cobrar um posicionamento.

Falei para Aderbal, que Paulo Guerra se encontrava na casa do deputado estadual Osvaldo Coelho. Quando passamos pelo prédio do comando do IV Exército, perto da Faculdade de Direito, um tanque de guerra posicionado.

Na casa de Osvaldo, além do anfitrião, Paulo, João Roma, ex-secretário de Segurança de Agamenon Magalhães, e Barreto Guimarães, ex-prefeito de Olinda. Foi uma reunião rápida. Paulo acertou com Aderbal ele se esconder. E Roma assegurou que as delegacias de polícia estavam sob o comando dos delegados da confiança de Costa Cavalcanti, adversário político e inimigo de Paulo Guerra.

Paulo Guerra: – Talis, queria um favor seu. Que presenciasse a minha ida ao IV Exército. Caso seja preso você avisa para Osvaldo na Assembléia Legislativa. Não questionei por que na AL.

Nunca vi coisa mais fácil. Na porta, apenas um sentinela. E próximo, outro soldado ou cabo. Paulo Guerra entrou, depois eu. Sem dar a impressão de que estávamos juntos. Ouvi quando Paulo disse andando, e incisivo: – Justino está me esperando. Onde ele está?

Um terceiro praça, talvez um sargento, apontou com um dedo a escada e orientou: – Na primeira sala. Paulo Guerra abriu a porta e estava Justino falando, pelo rádio amador, com Mourão. Junto, a surpresa da presença de Cid Sampaio.

Voz de Mourão: – Quem vai assumir o governo de Pernambuco?

Justino: – Está chegando aqui Paulo Guerra, vice-governador.

Mourão: – Deve ser gente fina. Minha mulher é da família Guerra. Todos os Guerra são boas pessoas.

Ouvindo esta conversa, Paulo solicitou: Diz para João Domingos que decidi pela segunda votação. João, filho primogênito de Paulo Guerra, estava esperando num carro estacionado no Hotel 13 de Maio. Pedi explicação para João Domigos. Primeira votação: o afastamento; segunda era a votação do impeachement de Arraes: 45 votos a favor, 17 contra, e um voto em branco.

Assim entendi o motivo da reunião na casa de Osvaldo, porque desconhecia a convocação extraordinária da Assembleia. E dei o recado porque Paulo Guerra perguntou: você quer que um coronel ou um general assuma o governo de Pernambuco?

Fui para o Diário de Pernambuco escrever o que testemunhei. Beirando a madrugada, Edmundo escalou: – Vai para o Palácio cobrir a posse do governador.

Durante a solenidade, Paulo Guerra fez um sinal que queria falar comigo. Era para um encontro às 7 horas.

Nem todas as minhas reportagens foram publicadas.

Passei o resto da madrugada acordado, e às 7 horas estava esperando Paulo Pessoa Guerra, que chegou com Barreto Guimarães, que seria seu secretário de Governo.

A porta principal do Palácio das Princesas estava fechada, e só havia uma passagem livre, pelo portão da Casa de Guarda, ocupada por soldados do Exército.

Quando Paulo Guerra ia entrando, uns milicos tentaram barrar. Paulo Guerra falou alto: – Sou o governador de Pernambuco, se quiser me prender estou no meu gabinete.

Do gabinete telefonou que estava convocando uma guarda da Polícia Militar. E disse para mim: – Não vou iniciar o governo com tropa do Exército.

Era o começo da articulação de uma política para manter nos cargos todos os governadores nordestinos. Só não teve tempo de evitar o afastamento de Seixas Dória em Sergipe.

Em Pernambuco, os golpistas não cuidaram da política, apenas da estratégia militar de uma guerra interna.  Preferiram, primeiro,  assumir o comando da Secretaria de Segurança e delegacias, o antigo reinado de Costa Cavalcanti, que Paulo Guerra teve que combater.

Arraes negociar com os militares, não aconteceu. Seria confirmar a versão de Samuel Wainer, fundador do Última Hora, de que ele conspirou pela queda de Jango.

 

 

Quando dólares falam mais alto

por Mário Augusto Jakobskind (*)

Jango, ao lado do general Kruel que, antes de traí-lo, ocupou a pasta do Ministério do Exército
Jango, ao lado do general Kruel que, antes de traí-lo, ocupou a pasta do Ministério do Exército

 

Engana-se quem pensa que já se conhecem todos os fatos relacionados com o golpe civil militar de 1964 que derrubou o Presidente constitucional João Goulart. Nos últimos meses, graças ao trabalho das Comissões da Verdade, sejam estaduais ou a Nacional, muito fato novo vem sendo divulgado.

Mas um fato desta semana, protagonizado por João Vicente Goulart, ao ouvir uma denúncia do então Major do Exército Erimá Pinheiro Moreira, poderá mudar o entendimento de muita gente sobre a ocorrência  mais negativa da história recente brasileira. O alerta tem endereço certo, ou seja, aqueles que ainda imaginam terem os golpistas civis e militares agido por idealismo ou algo do gênero.

O Major farmacêutico em questão, hoje anistiado como Coronel, servia em São Paulo em 31 de março de 1964 sob as ordens do então comandante II Exército, General Amaury Kruel (foto).  Na manhã daquele dia, Kruel dizia em alto e bom som que resistiria aos golpistas, mas em pouco tempo mudou de posição. E qual foi o motivo de o general, que era amigo do Presidente Jango Goulart, ter mudado de posição assim tão de repente, não mais que de repente?

Mineiro de Alvinópolis, Erimá Moreira, hoje com 94 anos, e há muito com o fato ocorrido naquele dia trágico atravessado na garganta, decidiu contar em detalhes o que aconteceu. O militar, que era também proprietário de um laboratório farmacêutico e posteriormente convidado a assumir a direção de um hospital, foi procurado por Kruel no hospital. Naquele encontro, o general garantiu ao major que Jango não seria derrubado e que o II Exército garantiria a vida do Presidente da República.

Pois bem, as 2 da tarde Erimá foi procurado por um emissário de Kruel de nome Ascoli de Oliveira dizendo que o general queria se reunir com um pessoal fora das dependências do II Exército. Erimá indicou então o espaço do laboratório localizado na esquina da Avenida Aclimação, local que hoje é a sede de uma escola particular de São Paulo. Pouco tempo depois apareceu o próprio comandante do II Exército, que antes de se dirigir a uma sala onde receberia os visitantes pediu ao então major que aguardasse a chegada do grupo.

Erimá Moreira ficou aguardando até que apareceram quatro pessoas, um deles o presidente interino da Federação das Indústrias de São Paulo (FIESP), de nome Raphael de Souza Noschese, este já conhecido do major. Três dos visitantes carregavam duas maletas grandes cada um. Erimá, por questão de segurança, porque temia que pudessem estar carregando explosivos ou armas, mandou abrir as maletas e viu uma grande quantidade de notas de dólares. Terminada a reunião foi pedida que a equipe do major levasse as maletas até o porta-malas do carro de Amaury Kruel, o que foi feito.

De manhã cedo, por volta das 6,30 da manhã, Erimá Moreira conta que mais ou menos uma hora e meia depois da chegada no laboratório ligou o rádio de pilha para ouvir o discurso do comandante do II Exército. Moreira disse que levou um susto quando ouviu Kruel dizer que se “o Presidente da República não demitisse os comunistas do governo ficaria ao lado da “revolução”.

Erimá Moreira então associou o que tinha acontecido no dia anterior com a mudança de postura do Kruel e falou para si mesmo: “pelo amor de Deus será que ajudei o Kruel a derrubar o Presidente da República?” 

Ainda ouvindo o discurso de Kruel, conta Erimá, chegaram uns praças para avisar que tinha uma reunião marcada com o general no QG do II Exército.

Na reunião, vários militares, alguns comandantes de unidades, eram perguntados se apoiavam Kruel. “Eu não aceitei e pedi para ser transferido”.

Indignado, Erimá Moreira dirigiu-se a um coronel do staff do comandante do II Exército para perguntar se o general Kruel não tinha recebido todo aquele dinheiro para garantir a vida do Presidente. “Me transfiram daqui, que com o Kruel no comando eu não fico”.

Aí então – prossegue Erimá Moreira – me colocaram de férias para eu esfriar a cabeça. Na volta das férias, depois de um mês, fiquei sabendo pelo jornal que o Kruel havia me cassado”.

A partir de então o Major e a família passaram maus momentos com os vizinhos dizendo à minha mulher que era casada com um comunista. “Naquela época, quem fosse preso ou cassado era considerado comunista”.

Algum tempo depois contei esta história que estou contando agora ao General Carlos Luis Guedes, meu amigo desde quando servimos em unidades militares em São João del Rey. Fiz um relatório por escrito e com firma reconhecida. O General Guedes tirou xerox e levou o relato para a mesa do Kruel. Em menos de 24 horas o Kruel pediu para ira para a Reserva. Fiquei sabendo que com o milhão de dólares que recebeu do governo dos Estados Unidos comprou duas fazendas na Bahia”.

Ao finalizar o relato, o hoje Coronel Erimá Moreira mostrou-se aliviado e ao ser perguntado se autorizava a divulgação desse depoimento, ele respondeu que “não tinha problema nenhum”.

Nesse sentido, sugerimos aos editores de todas as mídias que procurem o Coronel Erimá Pinheiro Moreira para ouvir dele próprio o que foi contado neste espaço. Sugerimos em especial aos editores de O Globo, periódico que recentemente fez uma autocrítica por ter apoiado o golpe de 64, que elaborem matéria com o militar que reside em São Paulo.

 ___
* É correspondente no Brasil do semanário uruguaio Brecha. Foi colaborador do Pasquim, repórter da Folha de São Paulo e editor internacional da Tribuna da Imprensa. Integra o Conselho Editorial do seminário Brasil de Fato. É autor, entre outros livros, de América que não está na mídia, Dossiê Tim Lopes – Fantástico/IBOPE