Sequestro e ocultação de cadáveres são crimes permanentes. Os familiares das vítimas não podem continuar sob tortura psicológica: a incerteza da morte de um parente próximo. Que a esperança é a última que morre.
A condição de desaparecido provoca efeitos legais nocivos. Como direitos de herança. E impede o rito mortuário.
Escreve Louis-Vincent Thomas, professor emérito da Sorbonne, que foi presidente da Sociedade de Tanatologia da I.A.N.D.S. (Associação Internacional de Estudo dos Estados Próximos da Morte), e do N.E.A. (Novos Estudos Antropológicos):
“O sentido profundo e a função fundamental dos ritos funerários dizem respeito, sem dúvida, só ao homem vivo, indivíduo ou comunidade: é necessário dominar simbolicamente a morte para tranquilizar, curar e prevenir. Esses ritos manifestam vivo desejo de atenuar a morte, de ultrapassá-la… numa palavra negá-la”.
Denuncia Louis-Vincent Thomas: “Os ritos fúnebres prolongam-se com o culto dos mortos ou simplesmente com a visita ao cemitério (entre nós, no dia 2 de novembro).
O elemento, sem dúvida, mais importante era o futuro ritualizado do cadáver, o qual, na humanidade, obedece a número infinito de modelos, particularidades que se desdobram em variantes sem limites. Trata-se, em última análise, de negociar a corrupção.
– ela pode ser querida, quando existe a recusa dos funerais como vingança ou punição; isso em todo o mundo (Sófocles fala disso na Antígona)”.
A permanência dos sequestros, da ocultação dos cadáveres, dos cemitérios clandestinos mantém a legenda do terror. Do domínio do medo, pela tortura psicológica, pelo assédio moral, e constantes ameaças. Aos parentes, em particular.
E ao regime. Os recentes manifestos dos generais de pijama constituem uma afronta aos Poderes da República e ao povo em geral.
Uma Democracia não possui cemitérios clandestinos.
Todo militar sabe do simbolismo do Túmulo do Soldado Desconhecido.
Recente filme estadunidense Tão Forte e Tão Perto começa com uma solenidade em um cenotáfio. Vide trailer
Que cada desaparecido, cujo cadáver não for encontrado em um cemitério clandestino, o direito da solenidade fúnebre de um sarcófago.
Diz Jean-Pierre Bayard, em Sentido Oculto dos Ritos Mortuários: “O túmulo individual é a ‘última morada’, a casa, como o cemitério é a imagem da cidade, mas, como escreve Tácito, ‘o verdadeiro túmulo dos mortos é o coração dos vivos”.
Capa dos jornais do Uruguai, hoje:

Un nuevo esqueleto fue encontrado ayer en el Batallón 14 de paracaidistas de Toledo. El cuerpo estaba a cincuenta metros del lugar donde hallaron los restos del maestro Julio Castro. A seis días del acto del perdón, el cuerpo parece confirmar la existencia del cementerio de “Arlington”. Era la una de la tarde. El sol golpeaba firme sobre Toledo cuando el equipo de antropólogos liderado por José López Mazz vislumbró los primeros rastros de enterramiento mientras una pala retroexcavadora realizaba un trabajo “grueso”. Una hora y cuarenta minutos más tarde aparecieron los primeros huesos de un esqueleto humano.

Ayer a las 14.40, José López Mazz, jefe del Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF), se comunicó con integrantes de la Comisión de Seguimiento de la Comisión para la Paz. Pocos minutos después sonó el teléfono del secretario de Presidencia, Alberto Breccia, que de inmediato se comunicó con el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro. Luego la información les llegó al comandante en jefe del Ejército, Pedro Aguerre, y a los militares que están al frente del Batallón de Infantería Paracaidistas Nº 14, en las afueras de Toledo, y donde el GIAF trabaja desde 2005.
El hallazgo puso en marcha el protocolo establecido por el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial para las tareas de extracción y posterior identificación de las piezas óseas. Los restos serán extraídos en forma definitiva en la tarde de hoy, fotografiados e inventariados para su análisis en el Instituto Técnico Forense (ITF) y el posterior desarrollo de análisis genéticos.
El hallazgo por acción de la excavadora implicó el desplazamiento de varios huesos. Empero, el antropólogo López Mazz confirmó que se trata de un cuerpo completo, articulado, en una “tumba” de un metro de profundidad, constatándose restos de cal. En este sentido, se trataría de un enterramiento primario, es decir, el cuerpo no fue removido del lugar.
La cobertura del cuerpo con cal procuró acelerar la descomposición de los restos, siendo un “patrón recurrente” en los enterramientos clandestinos de la dictadura cívico-militar para intentar ocultar los rastros del crimen y dificultar la identificación de las víctimas. Asimismo, el antropólogo prefirió no especular sobre el sexo ni la edad de la persona cuyos restos fueron encontrados. “Hasta que no se tengan pruebas científicas no se puede manejar ningún dato”, señaló López Mazz.

El hallazgo de nuevos restos óseos en el Batallón Nº 14 se produjo en una zona de “máximo interés arqueológico”, a solo cincuenta metros del lugar donde fueron hallados los restos de Julio Castro, en el marco del convenio firmado entre Presidencia de la República y la Udelar, para el desarrollo de la búsqueda de restos de ciudadanos detenidos desaparecidos.
“Cuando se produce un hallazgo la posibilidad es que estemos en una zona donde haya otros enterramientos en la medida que hubo muchísimos desaparecidos. En todos los genocidios hay cierto fordismo en ordenar los espacios y los sistemas de represión y ocultamiento”, expresó López Mazz.
Empero, el antropólogo prefirió no aventurar que se trate de una “fosa común”, ni cuál es la extensión del predio en el Batallón Nº 14 hasta la que se extenderá la búsqueda porque eso dependerá de futuros hallazgos. La investigación proseguirá en la zona, adelantó López Mazz.
Actuación judicial
El hallazgo de los restos óseos implicó además la comparencia al predio del juez Penal de 2º Turno, Pedro Salazar, encargado de tramitar el expediente por el secuestro y desaparición de María Claudia García de Gelman, quien encargó los trabajos arqueológicos en el predio militar. Asimismo, el juez Letrado de Pando Gastón Silva se hizo presente en el predio al tratarse del magistrado de Turno, con jurisdicción sobre el predio del Batallón Nº 14.
En este sentido, Salazar ordenó la aplicación del protocolo de actuación, pero prefirió no aventurar cómo seguirá tramitándose la causa hasta que no se produzca la identificación de los restos. “Cuando se produzca la identificación se determinará el juez competente”, dijo Salazar. Asimismo, el magistrado dijo que “no se descarta, pero tampoco se afirma” la existencia de otros enterramientos clandestinos en el predio.
Las excavaciones en el Batallón Nº 14 fueron dispuestas, tras el hallazgo, en noviembre de 2009, de dos pequeños restos óseos y la constatación de movimientos de tierra, en el marco de los trabajos realizados por el equipo de antropólogos, en un predio conocido como “los campos de Vidiella”. El predio sería “Arlington”, una zona donde existió un cementerio clandestino de la dictadura.
Presencias
El presidente de la República, José Mujica, concurrió hoy al predio del Batallón Nº 14 para interiorizarse de los trabajos realizados por el equipo de antropólogos. Asimismo, representantes de la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos se harán presentes en el lugar en las primeras horas de la tarde. Quedaron de encontrarse a las 11,30 en la sede de Madres y Familiares de Desaparecidos, para luego partir hacia Toledo.
El ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro, y el comandante en Jefe del Ejército, general Pedro Aguerre, se hicieron presentes en el Batallón Nº 14.
Protocolo de actuación rige excavación
El secretario de la Presidencia, Alberto Breccia, aseguró que “no existe ninguna posibilidad” de modificar las circunstancias en que se produjo el hallazgo de los restos, por cuanto todo el proceso de búsqueda está registrado por un protocolo de actuación.
Breccia fue consultado ante las eventuales “suspicacias” que puede generar el hallazgo de los restos solo una semana antes de la fecha prevista para la celebración del acto de reconocimiento por parte del Estado de los crímenes cometidos en dictadura.
“Teorías conspirativas y suspicacias se tejen absolutamente en todas las circunstancias de la vida. Lo que puedo decir es que la tarea del Equipo de Antropología Forense de la Udelar (…) en este predio se realiza desde hace varios meses y cualquier suspicacia que se pueda tener al respecto puede quedar aclarada” en virtud de las tareas de registro de la búsqueda, expresó Breccia. “No hay lugar de ninguna manera a modificar ninguna de las circunstancias en que se produjo el halla zgo”, afirmó.