Democracia participativa en la ciudad

por Fernando Caballero Baruque

 

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¿Qué piensan los políticos municipales sobre la participación ciudadana? Para algunos participar significa exclusivamente votar cada 4 años un programa electoral que nadie lee y guardar silencio hasta las siguientes elecciones. Para otros de ninguna manera.

En los programas electorales municipales, donde no hay injerencias ni de la Troika ni de Berlín, el equipo de gobierno -y el presupuesto disponible- deciden las prioridades. Los programas son cerrados pero… ¿Deben ser también un contrato con los ciudadanos que los votan?

¿Qué pasa por la mente de un alcalde cuando tiene que administrar en plena crisis la principal partida -la urbanística- de un limitadísimo presupuesto municipal? Por ejemplo podría pensar en ir dejando resueltos problemas puntuales locales, sin endeudarse, en espera de mejores tiempos en los que acometer obras de transformación si de verdad se precisaran. Pero desengañémonos. Lo que – con honrosas excepciones – termina haciendo es dejar su impronta en la historia de la ciudad lanzándose a grandes obras, tan costosas como innecesarias y generalmente al margen de los vecinos cuando no en su contra… salvo que éstos sean “los comerciantes de la zona”, colectivo-pretexto siempre listo para ser invocado en estos casos.

Está en curso la revisión del planeamiento urbanístico de Madrid. Técnicamente se conoce como “Plan General de Ordenación Urbana”. El “Plan General” es como “la Constitución” de la ciudad. De él emana todo lo relacionado con el urbanismo y la vivienda.

Para imaginarse lo que significa vean este simple dato: más de la mitad de los expedientes municipales de Madrid tiene que ver con Urbanismo y Vivienda. Entre el 20 y el 25% con Economía y Hacienda y el 25-30% restante con todo lo demás. Es decir, la documentación oficial que produce un Ayuntamiento en materia de urbanismo y vivienda casi dobla a la relacionada con el tráfico, transporte, limpieza, seguridad, artes, deportes y dependencia, ¡juntos! Piensen por tanto en cómo todos estos ámbitos de la vida ciudadana se ven condicionados por las políticas urbanística y de vivienda.

Como cualquier otro documento legal, tiene como Preámbulo una Memoria justificativa que expone tanto los criterios estratégicos en que se fundamenta, como los procedimientos jurídicos y técnicos para llevarlos a cabo.

Dicha Memoria ha sido impecablemente elaborada por el equipo técnico del área, que gestionó de forma modélica la aportación de organizaciones profesionales y diferentes sectores de la sociedad civil. Es todo un catálogo de buenas prácticas y maravillosas intenciones. En él el Ayuntamiento, a lo largo de su mandato, se compromete a cosas como éstas:

– Desarrollar planes de regeneración integrada de áreas vulnerables, atendiendo a los intereses de grupos sociales desfavorecidos (mayores, niños, mujeres, discapacitados, jóvenes, inmigrantes).

– Construir modelos de participación ciudadana para tomar decisiones colectivas especialmente en el diseño de los espacios públicos de su entorno cercano.

– Potenciar la igualdad entre mujeres y hombres para conseguir una ciudad socialmente cohesionada, implicándolos activamente en la planificación urbanística a fin de optimizar su tiempo y conciliar la vida personal, familiar y profesional.

– Realizar actuaciones de acupuntura urbana: es decir intervenciones estratégicas públicas o privadas que irradien sucesivas actuaciones contiguas, suya suma conseguirá progresivamente la regeneración social y urbana del barrio.

– Configurar un sistema integral de equipamientos básicos (colegios, hospitales, centros de día, centros culturales, polideportivos…), procurando maximizar la rentabilidad social de los existentes, fomentando su rehabilitación y haciendo más atractiva su presencia.

– Implantar sistemas de información geográfica mediante indicadores que diagnostiquen permanentemente las condiciones de habitabilidad.

– Producir energías limpias y renovables tanto cerca de las viviendas como a escala urbana y transformar la red eléctrica convencional en inteligente.

– Convertir la ciudad en una smart-city (ciudad inteligente).

Si la alcaldesa, que en un patinazo verbal condenó los “atentados” de Gamonal, lo leyera, pensaría que se trata del comunicado de una banda técnico-subversiva. Pero no se preocupen, lo rubricará. ¿Quién puede estar en contra? Muy al contrario lo presentará con orgullo, pronunciando siempre que pueda las palabras “sostenibilidad”, “participación ciudadana”, “smart-city” y el resto del repertorio.

El problema por tanto es cómo se interpretan los textos, ¿Qué se entiende por “potenciar”, “optimizar”, “impulsar” o “transformar”? Evidentemente tanto los técnicos redactores, como los representantes sociales que intervinieron o cualquiera de nosotros mismos, entendemos perfectamente “qué” quieren decir esos hermosos párrafos. Pero ¿qué querrán entender los políticos? y sobre todo ¿qué decidirán hacer?

Política de proximidad

Para quien sólo se “potencia”, “optimiza”, “impulsa” y sobre todo se “transforma” a base de grandes obras, va a tener razón la alcaldesa, pues Gamonal es todo un atentado a sus esquemas conceptuales, a su forma de concebir el progreso urbano y -si hacer política es administrar presupuestos- a su modelo de hacer política.

Al ciudadano normal le resulta inalcanzable la “alta política”, la que practica el Ministerio de Economía ante el BCE o el de Industria ante la Casa Rosada. Aunque no termine de entender qué hacían Wert en Londres, Valcárcel en Kiev o Rajoy en el despacho oval, no duda que debieron tratar temas importantísimos. Sin embargo sí duda de la utilidad de construir un parking subterráneo, de pago y con plazas en propiedad a 20.000 Euros cuando ahora tiene el mismo servicio gratis y sin obras. De que se presupuesten ocho millones de Euros para “potenciar”, “impulsar” y transformar” un barrio y cero para lo único que habían pedido: una guardería.

Los ciudadanos burgaleses salieron a la calle porque les estaban avasallando delante de su casa con algo que tienen perfectamente identificado y para lo que sí saben -y quieren- opinar. Entienden y visualizan con exactitud los costos económicos y funcionales de peatonalizar una calle o de abrir una gran avenida.

El desarrollo de las ciudades y la “recuperación inmobiliaria” española -y no sólo española- tendrá mucho más que ver con esos juiciosos párrafos del preámbulo que con nuevos desarrollos urbanísticos. Váyanse ustedes acostumbrando a términos como “Regeneración integrada de áreas vulnerables”, “Regeneración de barrios” y “Ciudad inteligente”. Lean lo que dicen Jordi Borja sobre la “Apropiación ciudadana del espacio público” y Jaime Lerner sobre la “Acupuntura urbana”, conceptos expresamente recogidos el texto. Indaguen acerca de los “Sistemas integrales de equipamientos básicos” y su consecuencia directa: Los “edificios polivalentes”.

Luego piensen en su ciudad, seguramente sobredimensionada en costosísimos espacios deportivos, los más caros de todos y… arruinada. Piensen por ejemplo en Madrid, dueña de la trilogía “Palacio de los Deportes”+”Vista Alegre”+“Madrid-Arena”. Dueña a su vez, tanto de un anfiteatro válido para corridas de toros, conciertos de Los Beatles o finales de Copa Davis contra Estados Unidos, como de una insostenible e infrautilizada “Caja Mágica”. Recuerden el “Allianz-Arena” de Munich, que cambia de color según juegue cada uno de los dos equipos de la ciudad o la selección nacional y luego calculen el costo de tener “La Peineta” más el nuevo “Santiago Bernabéu”.

Ese mismo derroche se produce silenciosamente en plazas, espacios interbloques y todo tipo de ámbitos intermedios entre edificaciones, especialmente de la periferia urbana. La “apropiación ciudadana del espacio público” pasa por diagnosticar las necesidades del entorno, estudiar del uso idóneo del espacio libre y recuperar las plantas bajas para utilización dotacional y comercial, (considerando para ello la movilidad, el arbolado, la escorrentía, reciclaje del agua, recogida de basuras, etc.) Apunten otro término: “Urbanismo de proximidad”, que viene a significar “Incrementar el bienestar de muchos ciudadanos a muy bajo costo” y lleva aparejado otro concepto ahora de moda: “Democracia participativa”. ¿Se imaginan que los usuarios no intervengan en la transformación de su espacio vital común? ¿Que tengan que limitarse a votar cada cuatro años? Participar significa controlar, desde los residuos a las cuentas y balances, desde el cumplimiento de horarios del transporte público al cumplimiento de los programas electorales.

Pero desgraciadamente los tiros van por otro lado. El urbanismo de prximidad taombién es aplicable a los espacios emblemáticos con simbología nacional. En estos días la reforma de la Puerta del Sol está dejando en evidencia tanto al Ayuntamiento como al Gobierno regional. El Colegio de Arquitectos ha convocado un concurso -no vinculante- en el que ha ganado una propuesta minimalista que recupera su configuración original. Pero ambas administraciones no van por esa línea. Para ellas “habilitar” espacio para uso público y “optimizar” económicamente la plaza, significa “privatizarla” a base de terrazas. Tras la remodelación, el espacio icónico de las concentraciones de la izquierda -equivalente a la Plaza de Colón para la derecha- fragmentado mediante terrazas, parterres, bancos, toldos, árboles y escalones, perderá la capacidad física de albergar otro 15-M. Políticamente habrá quedado reducido a “la nada”, otra palabra de moda.

Corresponderá a futuros ayuntamientos de izquierda recomponer la situación. No cabe esperar que el Partido Popular, que no practica la democracia interna dentro de su partido, proponga potenciar la democracia participativa para el conjunto de los ciudadanos. Y UPyD está a otra cosa. Pero se equivocará esa izquierda si afronta la regeneración urbana exclusivamente desde su óptica. Necesitará buscar consensos con la derecha. En democracia las transformaciones urbanas duraderas y eficaces de las ciudades occidentales se hicieron siempre, repito siempre, mediante acuerdos.

 

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“Paremos el genocidio financiero, juntos podemos”

David Fernández
David Fernández
David Fernández
David Fernández

El 15M se reencuentra en Sol
Miles de personas claman en el 12-M contra las políticas del gobierno conservador

En vísperas del segundo aniversario del 15-M, miles de adherentes al movimiento de indignados se movilizaron por la capital española hasta la simbólica Plaza del Sol para rechazar las recetas del ajuste neoliberal impuesta por el gobierno de Mariano Rajoy, marcadas por los recorte sociales y políticas para salvar a los bancos de la crisis financiera, y reclamar una salida alternativa a la crisis económica. Las protestas se extendieron a Barcelona, Sevilla, Valencia, Palma, entre otras ciudades. Los militantes de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) encabezaron las marchas.

12M Galería fotográfica en Madrid [Diagonal]

El 15M se reencuentra en Sol [eldiario.es]

“De la indignación a la rebelión: escrache al sistema”, fue el lema con el que marcharon los indignados madrileños por el centro de la capital hasta confluir en Sol. Por su parte, los indignados de Barcelona se encolumnaron detrás de una pancarta con el mensaje “Paremos el genocidio financiero, juntos podemos”.

“Sí se puede, sí se puede”, coreaban miles de personas reunidas esta tarde en la madrileña plaza del Sol tras las convocatoria 12M-15M. “El pueblo, unido, jamás será vencido” o “que no, que no, que no nos representan”, fueron otros de los ya famosos gritos de los manifestantes.

La protesta se adelantó por ser el 15 un día laborable, y están previstas actividades y asambleas desde hoy hasta el miércoles. “Lo llaman democracia y no lo es, es una dictadura eso es”, coreaban los manifestantes desde Madrid hasta Barcelona. Dos años después hay más motivos que antes para la indignación, aseguran los propios protagonistas que, sin embargo, son mucho menos que cuando emergió el movimiento.

“No somos mercancías en manos de políticos y banqueros” fue el eslogan de la manifestación que, en vísperas de las elecciones municipales y regionales de España, el 15 de mayo de 2011 (de ahí toma el nombre 15-M), dio inicio a una acampada en la Puerta del Sol de Madrid, y luego se convirtió en un movimiento heterogéneo que se expandió como pólvora en España y el mundo.

Tras las elecciones de noviembre de aquel mismo año, Mariano Rajoy, líder del derechista Partido Popular (PP), llegó al poder en España, y no sólo profundizó el ajuste sino que implementó una reforma laboral y políticas recesivas que dejaron el desempleo en el 27 por ciento de la población activa, unos 6,2 millones de desocupados.

Desde entonces, los indignados perdieron cierto impacto a nivel de movilización aunque ganaron terreno en los barrios y comenzaron a trabajar con iniciativas más concretas como las de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) que exige una solución para el drama de las personas desalojadas por impago hipotecario.

De hecho la PAH, uno de los movimientos más activos de los últimos años, han liderado las marchas, que fueron muy heterogéneas, con la participación de jóvenes, familias, veteranos y muchas personas afectadas directamente por los recortes del gobierno como empleados del sector educativo y sanitario.

“Celebrar este aniversario es importante porque el 15-M despertó a mucha gente”, afirmaba Marta, una madrileña de unos 40 años, en declaraciones a la prensa en la plaza del Sol. La manifestantes reconoció que puede parecer que hay “desánimo o menos gente que antes, pero lo que pasó es que se está luchando en otros ámbitos, como en los barrios”.

“Hay motivos para seguir aquí, porque hay que defender nuestros derechos básicos, como salud y educación, y sobretodo tiene que haber un cambio en la dirección política, que incluya más presión a los que más tiene”, decía por su parte, Jose, de 38 años, en la manifestación de Barcelona. “Hay un lema que me gusta, ‘Vamos lento porque queremos llegar lejos'”, añadió este joven trabajador quien cree que es muy importante que existan grupos que sigan trabajando para mantener activo al movimiento de los indignados.

“Los que se movilizan en cada grupo son los que están en una situación más precaria, y el resto de la ciudadanía lamentablemente, aunque apoya, no lo hace”, reflexionó el indignado.

La puerta del Sol en el segundo aniversario del 15M. Foto: Susana Hidalgo
La puerta del Sol en el segundo aniversario del 15M. Foto: Susana Hidalgo
Una chica muestra su pancarta durante la marcha del 15M. Foto: Juan Luis Sánchez
Una chica muestra su pancarta durante la marcha del 15M. Foto: Juan Luis Sánchez

Indignados sacodem a monarquia espanhola

Acampamento em Madri
O dia no acampamento
A noite no acampamento
a noite no acampamento

Não há mais como esconder. El País terminou abrindo suas páginas para os indignados. Que estão acampados na Puerta del Sol, no coração de Madri.

Tudo começou em 15 de maio. Daí o nome do movimento 15-M. Os que vão nascer noutros países, a partir de sábado próximo, já começaram a ser chamados de 15-O. 15 de Outubro.

Esta é a praça que os indignados ocupam na capital da Espanha (Isso seria possível no Brasil policialesco. País que a polícia só chega no prende e arrebenta?):

Plaza de Sol, Madri

Jon Aguirre Such abrazaba con los dientes apretados. No podía contener la emoción, la rabia acumulada, la indignación compartida. Estaba viviendo un sueño. Un sueño que se ha hecho realidad. El sueño de muchos. Este joven de discurso articulado y fluido, estudiante de arquitectura de 26 años, y portavoz de Democracia Real Ya, abrazaba con fuerza y con rabia. Sucedió el martes 17. El martes mágico. A las ocho de la tarde. En la Puerta del Sol.

Sí, porque el martes apareció la magia de lo espontáneo. El milagro de la comunicación. La potencia de difusión del mensaje a través de las redes sociales. La fuerza de una nueva generación.

El ahogado sentimiento de la indignación reventaba todas las costuras.

Jon ya se había emocionado el domingo, cuando encabezaba la manifestación del 15 de mayo. Al llegar a la altura del Círculo de Bellas Artes, en la madrileña calle de Alcalá, echó la vista atrás: todo lleno de gente hasta Cibeles. “Casi me pongo a llorar. Veía a todo el mundo con cara de ilusión: ‘¡Es posible!”. Jon cuenta su historia con orgullo, con pasión: “Acabamos de escribir Historia. No hay marcha atrás”.

Gente. Mucha gente. Gente colorida. De todos los colores. Así los retrató El Roto, el maestro. Portando una gran bandera blanca: “Los jóvenes salieron a la calle y súbitamente todos los partidos envejecieron…”. Difícil expresar más con menos. Difícil sintetizar mejor la lectura del deseo y del sentir del común de los indignados.