Quais jornais brasileiros promovem o nacionalismo?
Ou propagam o patriotismo.?
Cantamos no nosso Hino:
“TERRA ADORADA,
ENTRE OUTRAS MIL,
ÉS TU, BRASIL,
Ó PÁTRIA AMADA!”.
Reclamam que tal amor é breguice e piegas. Que qualquer sentimento de brasilidade deve ser superado pela globalização. Quando o mundo permanece dividido por blocos militares e econômicos e religiosos e culturais. E repleto de guerras e guerrilhas.
Importante que o nacionalismo volta a ser discutido na América do Sul. Notadamente na Argentina, no Equador, na Bolívia e na Venezuela, contra a propaganda e a censura dos quintas-colunas dos meios de comunicação de massa.
Página 12, da Argentina, historia:
Se ha puesto de moda un discurso sobre la repugnancia que les produce el nacionalismo a algunos políticos, intelectuales y opinadores.
La dominación cultural, que es una forma de alienación, se produce cuando en esas relaciones de poder uno de los antagonistas consigue bloquear o desfigurar esa mirada sobre lo que somos y lo que queremos ser, una mirada que constituye el intento de consolidar una identidad desde la cual sea posible relacionarse sin alienarse. En cambio, el sometido quiere mejorar pareciéndose al que lo somete y, por lo tanto, considera una ofensa cuando se cuestiona esa preeminencia.
Cuando los países tratan de consolidar su identidad expresan esas formas de nacionalismo. Pero es un nacionalismo que va a facilitar su incorporación al resto del mundo. No se trata de un nacionalismo aislacionista, sino todo lo contrario, es un nacionalismo integrador. Si sabemos quiénes somos, sabemos quiénes son nuestros iguales o con quiénes tenemos coincidencias o compartimos historias y necesidades y nos relacionamos más con ellos y desde esa comunión o comunidad podemos también relacionarnos con los demás.
La dominación cultural en la Argentina se expresó en dos vertientes o en dos formas de verse a sí mismo. Una de ellas, la más conocida y la más cuestionada, la más obvia forma de aceptar esa alienación por parte de muchos argentinos, fue despreciar lo propio al punto que cualquier cosa que viniera de fuera siempre sería mejor. Pero la otra vertiente muchas veces es confundida con el verdadero nacionalismo y es aquella que toma aspectos secundarios de la identidad para expresar superioridades excelsas y estúpidas y contraponerlas con las reivindicaciones del verdadero interés nacional. Esta concepción fue desarrollada sobre todo entre los militares que eran supuestamente nacionalistas, pero ponían ministros de Economía liberales y corrían a palos a los movimientos sociales. A ellos les gustaba la bandera y la Iglesia, pero no su propia gente.
La Presidenta expresó su deseo de que esos grandes medios dejen de imponer su agenda a la oposición política. El rol de los grandes medios ejerce una fuerza distorsionante sobre la democracia. La principal distorsión es que desde esos grandes medios se autodesignan como la voz de la democracia y lo que expresan en este momento es la voz de la corporación que conforman. La voz de una corporación no puede ser la voz de la democracia. En esa confusión enredan a políticos, intelectuales y periodistas que en este último caso son más responsables aún. De todos modos, se pueden quedar tranquilos porque el festival nacionalista de cruz, bandera y barra brava no existe más que en su imaginación. Lo que hay es un reclamo de soberanía, respaldado por toda la oposición, sobre una situación colonial británica en Malvinas y la renacionalización de YPF que tuvo el respaldo de más del 80 por ciento del Congreso. No hay cura, bandera ni gresca futbolera, sino la defensa del interés nacional en un contexto democrático, lo que tendría que ser una buena noticia y no motivo de lamento.
(Transcrevi trechos)